El buen pan

La fermentación natural de los alimentos es pura vida, por eso si tienes la suerte de que te gusta el sabor del pan elaborado a partir de levadura madre, fenomenal... de lo contrario siempre se puede uno acostumbrar, intentando incluirlo en la dieta habitual, aunque sea en parte.
¿Por que, cuales son las ventajas?
La fermentación natural del cereal, de las harinas con agua, nos asegura el visto bueno de nuestro hábitat, de nuestro entorno, de lo biología terrestre. Es lo natural, así como una planta bien regada, con un suelo fértil, nos obsequia con sus flores, con su belleza y presencia, un pan de levadura madre bien echo conserva y aumenta todas sus propiedades por estar vivo, aun tras su cocción mantiene una vitalidad, que al ser ingerida se transforma en nuestra propia energía vital.
Hay la creencia difundida de que la levadura fresca de panadería es lo mas sano; cuando alguien hace su pan casero suele sentirse orgulloso por ello... y si, realmente es muy lindo hacernos nuestro propio pan, experimentando añadirle ingredientes como buenos alquimistas...
Ahora bien, lo mismo que para "la salud en tus platos" (la regla es exactamente la misma), lo básico para un buen pan son la cualidad de las harinas, del agua, así como de todos los ingredientes que contiene; pues la cualidad de la levadura, que es el catalizador, es fundamental...
Las levaduras convencionales, incluyendo la levadura fresca para panificar, tienen aditivos químicos que permiten acelerar el proceso de levitación, pero en realidad lo que hacen es hacer reventar la molécula del cereal.

Aquí la receta para preparar tu levadura madre casera.
Ingredientes:
7 cucharadas de harina (trigo, espelta, kamut, si es ecológica e integral mejor)
550 ml. de agua de manantial.

Material necesario:
Un frasco de cristal o de cerámica que tenga tapa no hermética, (si es hermética la puedes dejar desenroscada).
Cucara de madera o varilla de repostería.

Procedimiento:

Vierte el agua en el contenedor, añade la harina y remover hasta diluirla completamente.
Tapar y dejar reposar almeno 24 horas a oscuras.
En invierno puede ser necesario mas tiempo, hasta 48 horas.

Transcurrido este tiempo como podréis observar el olor será tirando a ácido, suelen aparecer burbujitas en la superficie, esto indica que la fermentación se ha producido.

Listo, ya le puedes agregar mas agua y mas harina, dependiendo la cantidad de pan que se quiere hacer, hasta lograr una consistencia como la del yogur. Dejar fermentar una noche, en invierno puede ser por mas horas.

Añadir mas harina hasta conseguir una masa elástica, amasar unos 15 minutos, apartar un puñado de la masa (ponerlo en un frasco o en una taza, cubrirlo con agua y guardar en la nevera), pues añadir los ingredientes que se deseen como sal etc., seguir amasando hasta incorporarlos uniformemente; ya está casi listo, ahora colocar la masa en un molde, una bandeja, darles la forma deseada, tapar con un trapo y un plástico fino, y dejar subir la masa; son necesarias de 3 a 6-7 horas dependiendo la fuerza de la masa madre y la temperatura. Cuando presionando con un dedo la masa se queda hundida, hornear entre 200 y 225º de temperatura durante una hora aproximadamente.

¡Buen viaje!

Ya me contarás como te ha ido si quieres...